30 mar 2018

La casa de Boole

Si el lenguaje es la casa del ser, la lógica es el hogar del razonamiento y Boole es el telefonillo (el puesto de portero ya estaba ocupado por Aristóteles 😅). Como no podemos visitar al razonamiento (al menos en el mundo sensible), es más lógico pasarse por la casa de Boole.

 

Boole se mudó a Cork (Irlanda) en 1849, donde pasaría  seis intensos años en los que escribió An investigation of the Laws of Thought (su obra definitiva sobre lógica algebraica), conoció a su esposa y dio clase en la universidad. Su casa estaba pegada al río Lee y era céntrica, sólo tardaba quince minutos en llegar andando al trabajo. Además, Boole se entretenía mirando por la ventana mientras escribía, tal y como refleja en un pie de página: “enfrente de la ventana de la habitación en la que escribo hay un campo propenso a inundaciones por dos causas distintas pero que se pueden combinar: inundaciones procedentes de la cuenca alta del río Lee y mareas del océano”.
Una casa pegada a un terreno proclive a inundaciones, ¿qué podría salir mal?


Aquí es donde Boole lo menciona para ilustrar el enunciado de un problema de probabilidad (página 248 de An Investigation of the Laws of Thought, accesible universalmente desde este verano gracias a Proyecto Gutenberg).


“El fin del siguiente tratado es investigar las leyes fundamentales de las operaciones mentales a través de las que se razona;  expresarlas en el lenguaje simbólico del Cálculo y sobre esta base establecer la ciencia de la Lógica y construir su método; convertir dicho método en la base de otro más general para la aplicación de la doctrina matemática de la Probabilidad; y, finalmente, tomar de los varios elementos verdaderos expuestos en el transcurso de estas indagaciones algunos indicios probables acerca de la naturaleza y constitución de la mente humana.”
Así reza la primera frase del prólogo de la obra que nos ocupa. Hay muchas pinceladas curiosas en estas líneas, como el hecho de que el fin último de Boole sea indagar en los mecanismos de la mente humana mediante una investigación en matemática pura (hoy no esperamos que la lógica explique cómo razonamos, sino que nos ayude a hacerlo correctamente) y su intención de usar el “lenguaje simbólico del Cálculo”, siendo muy difícil hoy día entender a lo que se refiere, debido a la evolución de la notación. En  todo caso, se aprecia la voluntad de matematizar la lógica convirtiendo las proposiciones en ecuaciones, lo que nos permite diseñar circuitos electrónicos que tomen decisiones (llamados puertas lógicas), siendo el sistema de Boole la base de cualquier programa informático (este fenómeno también se debe al hecho de que las variables sólo puedan tomar dos valores, a los que podemos llamar 0/1, verdad/mentira o, como proponía el propio Boole, Nada/Universo).


Puertas lógicas basadas en el trabajo de George Boole. Aquí tenéis todos los axiomas y operaciones de su formalismo.

 Hace cinco años, paseando con mi padre por Cork, nos encontramos una casa derruida, sin tejado y con las típicas equis que se ponen en las ventanas por las que ya nadie se asoma. Todos pasaban de largo sin pararse a contemplarla excepto unas chicas con estética algo gótica que aprovechaban para sacarse unas fotos en ese fondo decadente.



 Si os fijáis, hay una plaquita al lado de la puerta. Os podréis imaginar lo que descubrimos al acercarnos:



Lo probable se convirtió en seguro y, tal como intuía su inquilino, en 2009 una gran inundación destruyó el edificio donde había vivido siglo y medio antes. Cuatro años después, cuando tomamos esa foto, nadie se había molestado en reconstruir la casa de Boole.

Imagen de ​Marcovanhogan
Continuará...